16 junio, 2025

Marta Alarcón: “Siempre he intentado hacerme preguntas más allá de lo evidente”

Directora Genyo Marta Alarcón

Conocemos en #MujeresPTS a esta investigadora mexicana afianzada en España desde hace una década y licenciada en Medicina por la Universidad La Salle (México D.F.) Trabajó en el departamento de inmunología y reumatología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zurbirán en su país natal. Posteriormente se trasladó a Suecia, donde consiguió su doctorado en 1994 en la Universidad de Estocolmo (Suecia), investigando el Lupus Eritematoso Sistémico. Realizó su formación postdoctoral en el Departamento de Genética y Patología de la Universidad de Uppsala donde consiguió, en 2009, la condición de catedrática.

Marta Alarcón Riquelme ha sido coordinadora del área de Genética Médica y subdirectora del centro GENYO, del que ha sido recientemente nombrada directora científica.

¿Tuviste una vocación temprana?

Provengo de una familia de médicos muy conocida en México: mi padre era médico, mi abuelo era médico, un hermano de mi abuelo también… Al ser la mayor de tres hermanas, de alguna manera recayó en mí la tradición de estudiar medicina, casi se daba por hecho que yo también sería médica. No fue concretamente una vocación, pero al final sí entendí que era medicina era una buena carrera que podía permitirme hacer lo que a mí me gustaba, que era explorar, investigar, responder a preguntas.

¿Tuviste algún referente que te inspirara?

Mi mayor referente fue Marie Skłodowska-Curie, aunque al principio me fue difícil encontrar algún referente femenino porque no había o no estaban muy considerados. Recuerdo, como anécdota, que en una clase durante la carrera de Medicina un profesor nos preguntó cuáles eran nuestros referentes. La gran mayoría hizo referencia a hombres, pero yo contesté que Marie Curie. Y el profesor me contestó: “Pues era una mala madre”. Esa era la idea que había en aquel tiempo. También ha influido mucho en mí mi madre, era una ama de casa que no pudo estudiar, pero que tenía una gran curiosidad, estaba tremendamente interesada en las cosas que pasan en el mundo, la política… Yo veía esa inquietud, esa búsqueda por la independencia como mujer, y me influyó mucho en mi forma de ser.

¿Qué te motivó a elegir una carrera científica?

Siempre he intentado hacerme preguntas más allá de lo evidente, preguntas que son difíciles de contestar y para las que tiene que ver, aprender, investigar, experimentar… No me gusta cuando la gente, muchas veces, quiere confirmar lo que alguien ya hizo, en lugar de plantearse preguntas nuevas. Esa curiosidad es la que me ha llevado hasta aquí.

¿Cómo imaginabas que sería tu vida profesional y cómo ha sido tu andadura como mujer en el ámbito STEM?

Yo creo que, desde joven, sabía que no me iba a quedar en México, que iba a salir fuera a trabajar. Yo quería hacer una carrera investigadora, pero no sabía hacía dónde podía dirigirme. Entonces cuando llegué a Suecia para hacer el doctorado, y me di cuenta de que lo que realmente quería investigar era el lupus, como había hecho mi padre anteriormente. Pero yo quise hacerlo con independencia, no quería que se me viera como la hija de mi padre, y que pensaran que lo tenía fácil por ser quien era. Comencé a trabajar de incógnito, sin decirle a nadie de quién era hija. Lo que siempre he intentado es que, fuese lo que fuese lo que hiciera, hacerlo con todo el alma y el corazón.

¿Qué cambios crees que son necesarios para mejorar la participación y liderazgo femenino en las áreas científicas y tecnológicas?

Yo, honestamente, no me topé nunca con ningún tipo de discriminación por ser mujer. Sí tal vez la encontré por no ser sueca, por no ser rubia de ojos azules, pero no por ser mujer. En este sentido, creo que el problema principal está a nivel de casa y familia. Por ejemplo, me acaba de llegar justamente una noticia de un estudio realizado en Suecia que refleja cómo las publicaciones realizadas por investigadores dos años después del nacimiento de su primer hijo con un 40% más que las realizadas por investigadoras. Es una muestra de cómo afecta más a las mujeres la maternidad que a sus compañeros que han sido padres. ¿Qué quiere decir esto? Que las mujeres siguen haciendo todas las labores de la casa, cuidando la mayor parte del tiempo de los niños y llevando más sobrecarga doméstica. Todavía hay gente que piensa que si sales de casa para seguir investigando eres una mala madre, como decían de Marie Curie.  Es cierto que las cosas van cambiando entre las investigadoras y los investigadores más jóvenes, pero hay que trabajar el problema desde abajo, desde la propia familia.

¿Qué logros o aspectos de tu carrera destacarías como más significativos o relevantes?

Estoy orgullosa, más que nada, de las cosas que he podido hacer desde el punto de vista científico, pero todavía no estoy del todo satisfecha. Quiero seguir contestando preguntas, porque a mí lo que realmente me gusta es responder preguntas cuando te topas con un resultado, y tratar de entender y analizar… Yo era catedrática en la Universidad de Uppsala, pero llegó un momento en el que quería tener un reto nuevo, y ese reto fue venir a España. Estoy también muy orgullosa de los estudiantes comprometidos con los que he trabajado en estos años, y me llena de satisfacción saber que hay investigadores aún en Suecia que me dicen que yo fui para ellos un referente. Si alguien ha visto en mí un ejemplo de lo que se puede conseguir, eso me llena de orgullo.

¿Qué es lo que más de apasiona de tu labor?

Me gusta mucho trabajar en el Centro GENYO, lo he pasado muy bien, he tenido un grupo excelente de personas alrededor. He hecho la investigación que yo he querido hacer, hubiera querido hacer más cosas todavía, pero creo que he contribuido con ciertas ideas y trabajos que ahora se citan mucho. Tengo claro que no hubiera podido hacerlo sola, sin el equipo que tengo, que ha trabajado duro. Para mí es importante que estas personas jóvenes puedan hacer también sus carreras investigadoras, como yo la hice en su momento; yo doy el trampolín para que puedan empezar a saltar, aunque después depende de ellas. Estoy contenta con todo lo que he hecho y sigo haciendo.

¿Cómo equilibras tu vida profesional con la personal?

La mayor parte de mi familia sigue estando en Suecia. En España llevo ya más de 10 años, pero viajo mucho, y eso a veces no te permite mantener una continuidad en las relaciones sociales. Tenemos que encontrar la fórmula para mantener la relación con amistades y familia y, a la vez, estar centrados en el trabajo, al que hay que dedicarle mucho tiempo. Es complicado y, a veces, tienes que sacrificar ciertas cosas. Yo sacrifiqué bastante tiempo con mi familia en un momento de la vida por poder hacer lo que yo quería hacer, pero eso me ha traído a estar donde estoy. Ahora mismo valoro más las amistades profundas, aunque no las vea a diario, que tener a un grupo para irme a tomar una cerveza o copas todos los días.

Estoy en un momento en el que puedo dejar un poco de lado ciertas cosas para dedicar un poco más de tiempo a aprender cosas nuevas. En este sentido, me encanta trabajar con gente joven, aprendo muchísimo de ellos, porque tienen otra percepción de la vida, del trabajo, de la sexualidad, del tiempo libre, de la relación hombre-mujer… Me parece sumamente interesante contar con la visión de la gente joven; le tengo mucha fe y confianza a las generaciones de ahora.

¿Qué te aporta y cuál es tu valoración del ecosistema de innovación y transferencia de conocimiento que es el PTS Granada?

En este momento estoy concentrada especialmente en resolver las carencias que tiene este edificio, desde el punto de vista estructural y cosas que se pueden mejorar, sobre todo porque hemos tenido una transición complicada con la llegada de la nueva gerencia, con la que estoy trabajando de maravilla. Por eso no he podido todavía trabajar, digamos, de cara al exterior. Pero tengo muy buena colaboración con el IPBLN, con el hospital, también con la Universidad, que está muy comprometida con este centro. En este sentido, creo que iniciativas como el próximo Congreso de Investigación del PTS son muy interesantes para conocer qué se investiga aquí y cómo podemos colaborar. Lo que sí tengo claro es que debemos tener una visión estratégica, no puede ser que cada institución o entidad vaya por su lado y busque sus intereses; hay que trabajar todos en la misma línea para alcanzar el éxito.

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